Empezaremos el año hablando de un tema que como todos es apasionante. Sabías que el cuerpo tiene todas las herramientas para poder mantenerse en salud?. Es lo que llamamos HOMEOSTASIS.
La homeostasis del propio cuerpo, es ese equilibrio que él intenta gestionar para poder asumir todo ese entorno y todas las adversidades que se nos plantea. Tiene todos los recursos, todas las herramientas, sabe como sanarse, el único problema es que en numerosas ocasiones no se escucha,no conecta con si mismo y se desvía del camino…
Nuestro cuerpo trabaja como una balanza manteniendo siempre un buen equilibrio entre todos los sistemas. Si buscamos realmente el significado de homeostasis nos encontramos que es » una propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior (metabolismo). Se trata de una forma de equilibrio dinámico que se hace posible gracias a una red de sistemas de control realimentados que constituyen los mecanismos de autorregulación de los seres vivos», resumiendo en pocas palabras, la capacidad de regularse a si mismos para mantener un buen equilibrio.
Pero este metabolismo no solo es interno sino que tenemos la sabiduría de compensar también las cosas que nos suceden alrededor. Por ejemplo, el nacimiento de un hijo, un aumento de estrés en el trabajo, un pequeño accidente o incluso uno de grande, pero cuando todo ello se suma y va sumando, la balanza se descompensa, perturbando ese eje medio, alterando esa energía vital y entrando en lesión.
Sabías que primero se perturba el cuerpo, es decir, toda esa balanza, hasta que ya no puede sostenerlo más y aparece luego la lesión?.
Que crees que va primero, una fractura de pierna y luego una posterior descompensación (que también la hay), o bien una perturbación del cuerpo y a la mínima cae en lesión y se da la fractura?, que va primero, el huevo o la gallina?
Una de las razones por las que más se entra en lesión es por el tener que gestionar nuestro dia a dia, ese estrés que va sumando momento a momento, liberando cortisol para subsistir, activando y perturbando el eje hipotálamo-pituitario-adrenal ( HPA) hasta llegar a una fase de agotamiento, donde el cuerpo ya no puede compensar más. A partir de aquí hay una perturbación del punto medio, una debilidad de la energía Qi o energía vital, normalmente hay una manifestación intestinal, aumentando su permeabilidad, haciendo pasar las proteínas en sangre, cargando el sistema circulatorio, inflamando articulaciones i acidificando el sistema y creando al final patologías crónicas.
Pero también podemos ver perturbaciones en el sn, o muy frecuentemente perturbaciones musculo-esqueléticas.
Es por ello que la balanza debe estar en constante equilibrio y lo que más nos va a ayudar a ese proceso es la consciencia de cada momento, estar en el momento presente, poder estar tranquilos, poder conectar con nosotros mismos y con nuestra propia esencia. Comer bien, por supuesto y hacer algo de ejercicio.
Para mí, hay un mito en relación al ejercicio, es real que libera endorfinas, que te permite liberar tensión, que te permite oxigenar, trabajar mejor el corazón, dar elasticidad a articulaciones y músculos… pero también os diré que no todos los cuerpos pueden hacer lo mismo o están preparados para el mismo tipo de ejercicio. Habrá cuerpos que les irá bien hacer cardio, otros que necesitarán de la elongación, otros trabajar con la energía de las artes marciales. El objetivo es moverse, no hace falta hacer la maratón ni correr 100km por «el camí de cavalls»…
Hay que escucharse para saber lo que nuestro cuerpo nos pide, necesita y puede hacer. No hay nada malo en ir a caminar, o en hacer yoga, o pilates. No todo el mundo puede trabajar en resistencias elevadas. Cada cuerpo es diferente y actúa diferente por lo tando debemos respetarl como éste trabaja, como éste responde y sobretodo en que momento se encuentra.
Ahora que estoy escribiendo estas lineas, me estoy acordando de un hecho cercano que pasó hace algunos años. Hace diez años mi madre padeció un cáncer de colon importante, los oncólogos le decían constantemente que hiciera deporte, que fuera a caminar, un ratito cada día… En aquel momento realmente la situación era complicada, a mi madre las sesiones de quimio la dejaban por los suelos y no se veía en ánimo ni para levantarse casi de la cama o del sofá, en serio, quien la conozca sabrá que es activa, siempre haciendo cosas y pocas veces en plan sedentario. Pero realmente su cuerpo no podía. Se sentía culpable por no poder y la hacían sentirse culpable por no hacer. Han pasado los años y ahora veo muy claro que ese no era el momento. Necesitaba descansar, recuperarse, escucharse, parar. Le costó mucho pero se escuchó, se plantó ante el médico y pidió anular lo que le quedaba de tratamiento porque no podía sostenelo más. La criticaron, pero ella se mantuvo firme y con el tiempo empezó a hacer cosas, gimnasia, baile, costura… y ahora se levanta a las 5:30 para ir a caminar y para mantener su rutina, su dinámica, sus ejerciciós, su actividad…está jubilada pero el día no le da para hacer todo lo que le gustaría…